22/11/11

No te preocupes, Paciencia y Confianza

Eclesiástico 2, 1-11


Hijo mío, si tratas de servir al señor, prepárate para la prueba. Fortalece tu voluntad y se valiente, para no acobardarte cuando llegue la calamidad, aférrate al señor y no te apartes de él; así, al final tendrás prosperidad. Acepta todo lo que te venga, y se paciente si la vida te trae sufrimientos. Por qué el valor del oro se prueba en el fuego, y el valor de los hombres en el horno del sufrimiento. Confía en Dios y él te ayudara; procede rectamente y espera en él.

Ustedes, los que honran al señor, confíen en su misericordia; no se desvíen del camino recto, para no caer, los que honran al señor, confíen en él, y no quedaran sin recompensa. Los que honran al señor, esperan la prosperidad, la felicidad eterna y el amor de Dios. Fíjense en lo que sucedió en otros tiempos: nadie que confiara en el señor se vio decepcionado; nadie que lo honrara fielmente se vio abandonado; a todos los que lo invocaron, el los escucho. Por qué el señor es tierno y compasivo, perdona los pecados y salva en tiempo de aflicción.

Reflexión

En muchas ocasiones cuando nos llegan las dificultades nos preocupamos y nos afanamos porque nada sale bien, nos olvidamos que de los grandes problemas, de las  grandes necesidades, han surgido las grandes empresas, los grandes inventos, los grandes descubrimientos; pues bien así pasa con la vida espiritual, solo cuando nos sentimos acorralados y sin salida, de la mano de Dios resurgimos como el ave fénix. Cuando lo invocamos salimos del fondo, garantizando que nos escucha y viene al rescate, pero no llega con las manos vacías, trae con sigo la prosperidad, con la certeza que no quedaras decepcionado. Si estas sufriendo confía en Dios, recuerda “El valor del oro se prueba en el fuego, y el valor de los hombres en el horno del sufrimiento. Confía en Dios y él te ayudara” no te acobardes, las pruebas solo las superan los valientes guiados por Dios.