15/11/10

En aquel tiempo: se acercaban a Jesus todos los publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y escribas  murmuraban diciendo: este acoge los pecadores y come con ellos. 

Y El les propuso esta parábola, diciendo: ¿Quién habrá entre vosotros que teniendo cien ovejas y perdiendo una de ellas, deja las noventa y nueve en el desierto y vaya en busca de la pérdida hasta que la halle?  Y una vez hallada, alegre, la pone sobre los hombros y, vuelto a casa, convoca a sus amigos y vecinos, diciéndoles: alegraos conmigo, porque he hallado la oveja perdida. Tal os digo que será la alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que hace penitencia y regresa a la casa de su padre a recibir de su manos corrientes de agua viva, descubriendo la verdad que siempre le habia estado oculta en el mar de tinieblas donde habia vivido.


Dejando de permanecer en la oscuridad pertenciendo ya, a los hijos de la Luz.

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