30/9/10

La Misericordia de María



Se lee en el segundo libro de Samuel, que aquella sagaz mujer de tecoa le dijo a David: Señor yo tenía dos hijos; por desgracia uno dio muerte al otro de suerte que ya he perdido a uno y ahora la justicia quiere quitarme al otro, el único que me queda. Ten piedad de mi, desventurada madre, has que no pierda a esos dos hijos míos.

David, compadecido de aquella madre, libero al delincuente y se lo entrego, precisamente lo mismo parece decir María, cuando ve a Dios indignado contra un pecador que a ella se encomienda. Le dice:

Señor yo tenía dos hijos: Jesús y el hombre, el hombre le dio muerte a mi Jesús en la cruz y ahora tu justicia quiere condenar al hombre, señor, mi Jesús ya está muerto; ten compasión de mi, si ya he perdido a uno, no permitas que también pierda a mi otro hijo.

De "Las Glorias de Maria"

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