10/7/10

EL HIJO PRODIGO-Padre Edgar Larrea



No son los santos los que necesitan el medico, si no los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores (Marcos 2,17)

El corazón de Jesús fue siempre sin odios, rabias, venganzas y envidias, siempre casa abierta al que llegase. Nuca puso en su lista a enemigos. Ni apunto la deuda a nadie.

La mansedumbre y la dulzura desterraron de su corazón la violencia, nunca ataco, no hirió, ni maltrato a nadie, siempre supo disculpar, ver el lado positivo de cualquier situación.
El perdón es lo fundamental de la caridad. Es capaz de perdonar al creyente cuando antes ha experimentado el perdón del padre dado por medio del Cristo crucificado.

Por medio de La parábola del hijo prodigo Jesús nos muestra que a pesar de habernos alejado de el, siempre nos estará esperando para perdonar nuestros pecados y darnos la felicidad que solo la pueda dar Dios, y llenar esos vacíos que en muchas ocasiones nos ahogan y nos no dejan disfrutar todo lo que el creador nos ha dado de este paraíso.