8/5/11

Un Dios que no es Comerciante


Evangelio según San Juan 6,22-29.
Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino que ellos habían partido solos. Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste?".
Jesús les respondió: "Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse.
Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello". Ellos le preguntaron: "¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?".
Jesús les respondió: "La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Reflexión del Evangelio
En el evangelio Jesús reclama a la gente porque solo lo siguen por el interés de la comida que les ha dado, refiriéndose a la multiplicación de los panes con los que fueron saciados, Jesús les recuerda que lo deben seguir por los signos, y creerle no por interés. Nosotros imitamos a la gente que seguía a Jesús, en muchas ocasiones vemos a un Dios comerciante, queremos negociar con El, si nos hace tal o cual milagro o petición, prendemos una vela, vamos a misa, cambiamos o dejamos ciertos vicios, damos alguna limosna o nos portamos bien, pero solo si Dios nos da lo que queremos de lo contrario no hay trato con El.

En este tiempo Jesús vuelve y nos recuerda: “Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna” y como lo hacemos? Jesús responde “La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado". Pero ese creer es sin ningún interés sin negociar con El, solo entreguémonos en sus brazos y dejemos que el actué, El no necesita nada de nosotros si no Fe, Amor y Confianza y lo demás es su obra en nosotros. Amen



 

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