7/6/11

Cuantos me conocen a Mi? Cuantos conocen a Mi Padre?



Evangelio según San Juan 17,1-11a.
Después de hablar así, Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo: "Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera Vida eterna a todos los que tú les has dado. Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo.

Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste. Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera. Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Eran tuyos y me los diste, y ellos fueron fieles a tu palabra. Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, porque les comuniqué las palabras que tú me diste: ellos han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me enviaste.

Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos. Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado. Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti. Padre santo, cuida en tu Nombre a aquellos que me diste, para que sean uno, como nosotros.

Reflexión del Santo Evangelio

“Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti”. Conocemos la vida de Jesús, por la biblia, por la películas, pero a veces desconocemos a Dios verdadero, padre omnipotente; en este evangelio Jesús nos reafirma, el haber sido enviado para que por medio de este Jesucristo conozcamos a Dios.

Pero desafortunadamente nuestra realidad es otra, escasamente sabemos algo de Jesús, muy poco nos ha interesado conocerlo o saber que él es camino la verdad y la vida que conduce a Dios, entonces si no conocemos a Jesús, que tanto sabemos o conocemos a Dios? - el evangelio nos invita a reflexionar; acerquémonos a Jesús y así nos acercamos a Dios, pero como acercarse a Jesús? Reconciliémonos con él, comulguemos con él, acompañémoslo en la oración, en la eucaristía, en la lectura de la palabra, en los más necesitados. No nos alejémonos de Jesús, porque cada vez que lo hacemos, estamos más lejos de conocer a Dios. Amen

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